Foto: Ana Torrijos
El colegiado
gallego Cid Puga, se cargó el partido en el 20’ al expulsar al rayista Alberto
Perea por doble amonestación. Amarillas muy rigurosas que dejaban al Rayo B con
un jugador menos y 70 largos minutos por delante.
La segunda
parte del show llegaría en la celebración del gol del empate rayista, obra de
Rubén Ramiro. Raúl de Tomas, atacante madridista, aprovechó los festejos por el
tanto para propinar un codazo al central rayista Alcañiz. La agresión tuvo
lugar muy cerca de la zona de banquillos, por lo que se intuía que el línea se
habría percatado de lo ocurrido. No lo vio o no quiso verlo ya que el delantero
madridista solo fue castigado con tarjeta amarilla.
Foto: Ana Torrijos
Aún así, los
de Jimeno derrocharon coraje para sacar algo positivo del envite. Era el último
partido antes de las vacaciones navideñas por lo que irse con buen sabor de
boca se antojaba fundamental. Las cosas se pusieron feas desde el principio,
pero con trabajo y sacrificio demostraron que todo es posible.
Juntar líneas
La premisa
era clara: juntar líneas por dentro, para no dejar espacios, y salidas rápidas
de balón para sorprender.
El primer
tiempo, destacó por la falta de fluidez de juego de un filial madridista en
superioridad numérica. En la reanudación, fue el Rayo B el que tomó las riendas
de un partido sin dueño. Así hasta el minuto 78, cuando Raúl de Tomas
adelantaba al R.Madrid C con un disparo cruzado ante el que no pudo hacer nada
Isma.
Los de Jimeno
no se vinieron abajo y en el 81’ Rubén Ramiro empataba el partido gracias a una
gran asistencia de Chevi. Un gol que daba un punto más que merecido al Rayo B
para terminar el año.
Foto: Ana Torrijos
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